700 personas se dieron cita en el Monumento a la Revolución para preparar el acto donde se quiere alcanzar un récord GuinnessCIUDAD DE MÉXICO.-Unos 700 admiradores del extinto Michael Jackson realizaron hoy un ensayo de Yo sí bailo thriller, en medio de una desorganización, previo para tratar de alcanzar un récord Guinness el próximo 29 de agosto en el Zócalo capitalino.
Convocados a través de la red social Facebook, los seguidores del Rey del Pop llegaron desde las 9:30 de la mañana a la explanada del Monumento a la Revolución, donde después de más de 45 minutos estaban más entusiasmados que organizados.
Con una grabadora casera, que era imposible escuchar ante los murmullos y charlas de los asistentes, algunos admiradores comenzaron a tomar la iniciativa para organizar bloques e iniciar el musical.
Entre la multitud surgieron algunas voces que comenzaban a organizar a los cerca del millar de admiradores de Jackson y tratar de unificar la coreografía; sin embargo fue imposible.
Al acto acudieron Julieta Albarrán, una chica que dijo ser asistente de Carlos Contreras Medrano, el aparente líder del movimiento que rendirá tributo a Jackson el próximo 29 de agosto en el Zócalo.
Cuestionada sobre la ausencia de Contreras Medrano, señaló que busca patrocinadores y un sonido acorde para esa fecha, cuando el cantante cumpliría 51 años.
La convocatoria en internet logró respuesta, pues acudieron niños de seis años, así como adultos con más de 50, con la sola consigna de rendir tributo al creador de éxitos como Beat it y Black and white, quien falleció el pasado 25 de junio.
Además, llegaron señoras con bebés para demostrar también sus habilidades en el baile, así como jóvenes de todos los estratos sociales.
Sin embargo, no escaparon al acoso y asedio de vendedores ambulantes, entre ellos una señora que repartía volantes con la leyenda "Impacta tú también, como El Rey del Pop impactó al mundo" .
Una supuesta diseñadora intentaba convencer a los fans para adquirir el vestuario de Michael Jackson y lucir acordes el próximo 29 de agosto, con chamarra de 170 pesos, guante y calentadores brillosos a 80 pesos y playera blanca con estampado a 100 pesos.
Mientras los asistentes se esforzaban para unificar la coreografía, aparecieron vendedores de chicharrones y frituras, así como de helados, papas y hot dogs.
El caos imperó cuando un grupo del pelotón del pentatlón mexicano llegó para practicar defensa personal y acrobacias; además una banda de guerra de una escuela cercana opacó los gritos de los entusiastas coreógrafos, que intentaron controlar la situación sin éxito.